
Esta es una pintura realizada al óleo sobre tabla, dimensiones 93.5x90.5 cm, por el famoso pintor Antonio López. Fue un exponente muy importante en su época y su trabajo junto a sus compañeros artistas conformaron lo que se conocería como la Escuela Madrileña. Ganó el Premio Príncipe de Asturias y se le conoce por la meticulosidad con la que realizaba sus pinturas, pintando siempre en el mismo lugar a la misma hora. El pintor busca en su entorno diario aquellos aspectos que le parecen interesantes y los plasma a pleno detallismo, llegando a parecer fotografía. Este pintor a lo largo de su carrera desarrollo una obra independiente en un entorno basado en el informalismo y la abstracción, algunos dicen que no tiene que ver con el realismo europeo o el hiperrealismo americano.
En esta obra se retrata la “Gran Vía”, un retrato de un lugar único, en el que no hay figura humana ni autos; se concentra en la descripción de lo que no se mueve, en apreciar los edificios. Parece ser que fue pintada no tan tarde en el día por los tonos en el cielo, la luz se filtra desde el sur del cuadro entre los edificios. La pintura logra un efecto de guía para el ojo al poner las líneas de los carriles justo en medio, esto hace que la mirada se vaya hacia el fondo. Los edificios están pintados con gran detalle a tal grado que se pueden identificar los anuncios, los señalamientos y los barrotes de los balcones.
Pienso que esta pintura es una verdadera obra de arte por la forma en que colores opacos o fríos como el azul, gris o café nos dan una sensación de vida. El nivel de detalle para ser una obra al óleo es impresionante, si la imagen se ve desde lejos como se debe para un cuadro al óleo se pensaría que es una fotografía y ahí se encuentra la belleza de esta pintura.